Por Laura Heller, M.Ed.
Miami, Florida
Mi nombre es Laura, y encontré mi camino hacia el mundo de los portabebés porque mi bebé nació con enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) también conocida como reflujo infantil. Jonah estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales al nacer(UCI). Cuando se lo llevaron a la enfermería recién nacido para observación, se puso azul. Tuvo lo que se llaman episodios de apnea, lo que significa que dejaba de respirar. Después de hacer algunas pruebas, los doctores le diagnosticaron reflujo infantil severo. El ácido subió tan alto en su esófago, que sus pulmones se cerraron para protegerse a sí mismos. Jonah fue enviado a casa con un aparato que monitorizaba su apnea y bradicardia (desaceleración del latido del corazón). Los padres de niños con ERGE se preguntan, ¿por qué mi bebé tiene reflujo? En el caso de mi hijo, no estaba en absoluto relacionado con lo que comía puesto que tuvo estos episodios justo después de nacer. En Jonah se trataba de un esfínter esofágico inferior inmaduro. Simplemente nació con ello. Para otros, puede venir de intolerancia o alergia a la proteína de la leche o de la soja. Las intolerancias severas a las proteínas y las alergias, pueden derivar en desórdenes eosinofílicos. También están aquellos bebés que tienen reflujo porque han nacido con estenosis hipertrófica pilórica (cuando los músculos del píloro, la parte inferior del estómago que va hacia el intestino delgado, se hipertrofian e impiden que la comida salga del estómago) o hernia hiatal (cuando una parte del estómago penetra en el tórax a través de una apertura en el diafragma).
Cuidar de un niño con reflujo es todo un reto. El reflujo causa dolor, porque el ácido del estómago está constantemente ascendiendo hacia el esófago e irritándolo. Hay dos tipos de reflujo. Reflujo silencioso y reflujo regular. Reflujo silencioso es lo que tenía Jonah. Es cuando el ácido circula arriba y abajo por el esófago, causando una doble quemazón. Reflujo regular es cuando el ácido viaja hacia arriba por el esófago y el bebé lo expulsa. El reflujo silencioso muchas veces no se diagnostica porque existe una percepción falsa, muy común, de que un bebé tiene que vomitar para ser diagnosticado como reflujo. Otra percepción falsa muy común es que un bebé tiene que perder peso (por vomitar) para que sea diagnosticado como reflujo. Muchos bebés de hecho ganan peso muy bien, porque encuentran un consuelo en comer. Jonah era un buen comedor y nunca tuvo problemas para ganar peso. Seguir leyendo →
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