Superando obstáculos

La experiencia de una supermama con los portabebés y su preciosa nena, superando obstaculos.
Por Elisa P. para Red Canguro.

En el 5º mes de embarazo se descubrió que Lucía iba a nacer con una malformación en los pies llamada pies equinovaros. Nos informamos de como sería el tratamiento y proceso de curación y seguimos adelante. Cuando nació Lucía por cesárea vino con más problemas de los que parecía. Lucía nació además con luxación grave de caderas y rodillas, malformación en la mano derecha e hipotonía. La escayolaron a las 4 horas de nacer y le pusieron un arnés para las caderas. Lucía nació bastante grande 4 kg y debido a la posición de sus piernas no cabía en el moisés que le preparamos ni en el carrito. Me puse a investigar por internet como loca y por casualidad encontré un artículo sobre el uso de portabebés ergonómicos y bebés con displasia de cadera escrito por Mimita. Compré por internet mi primer fular y empecé a practicar cuando mi bebita tenía 15 días. Gracias a los consejos de otras mamás canguras que conocí en Red Canguro, cuando pasó un mes me atrevía a salir con ella a la calle en el fular y desde entonces ya no nos hemos separado.

Los portabebés han cambiado totalmente mi manera de pensar sobre la maternidad. Durante mi primer trimestre de embarazo leí el libro del método Estívil y pensaba criar a mi hija desde ese punto de vista pues era lo único que conocía a mi alrededor. Nunca había cogido en brazos a un bebé. Cuando di a luz a mi hija y me la pusieron en el regazo supe que jamás podría separarme de ella. Los portabebés han cumplido mi sueño de llevar a mi hija en brazos a todas partes y en cualquier situación y me han ayudado a llevar la vida más llevadera. Cuando cumplió un mes de vida tuvieron que hacerle una operación en los pies e igualmente el fular fue nuestro gran aliado pues me permitía tenerla en brazos largas horas sin cansarme y ella dormía plácidamente escuchando los latidos de mi corazón. En su primer año de vida tuve que ir muchísimas veces a varios hospitales a Madrid todos los meses, el poder subir y bajar escaleras a voluntad sin depender de ascensores, en el metro, autobuses, intercambiadores…. en salas abarrotadas de gente donde un carrito tendría un difícil acceso, yo iba con mi hija pegaditas en fular tan a gusto. Por las noches el fular ha sido nuestra herramienta más efectiva, pues Lucía tiene que dormir con un aparatito para sus pies algo incómodo, pues la dormíamos al fular con un nudo de canguro delantero, y dormía muy tranquila.

Debido al retraso psicomotor de Lucía, he tardado mucho en llevarla a la espalda. A Lucía le encanta pues tiene una visión del mundo viendo por encima de mi hombro excelente. Hasta da palmadas entusiasmada. Empecé a llevarla cuando tuvo un mejor control de su espalda y piernas sobre los 16 meses con un meitai. A día de hoy Lucía va a hacer casi 2 años, aprendió a gatear y ha empezado a dar sus primeros pasitos agarrada.

Agradezco muchísimo a Red Canguro, sus creadores y todas los papás y mamás que forman parte de esta comunidad toda la información y consejos que me han dado y que me han ayudado tantísimo a lo largo de mi maternidad. Me siento afortunada de poder llevar a mi hija de esta manera y además de los bueno que es para su salud tanto física como emocional y también para mí.

Muchas gracias!!!!

Mónica Salazar, de Familia Libre, entrevista a Lara

Muchos de  los que nos interesamos por el mundo de los portabebés conocemos a Mónica Salazar, y su web www.familialibre.com. Es un referente en el  mundo de la crianza en brazos y portabebés en castellano.  Esta semana, en su programa de Radio, entrevistó a Lara, miembro de la Red Canguro, a raiz de ver en el Blog cómo ella nos relata su experiencia con el uso de Portabebés en una situación especial.

Podéis ver el artículo en este enlace y oir la entrevista pinchando en el icono  que aparece al pie del artículo.

El uso de portabebés en situaciones especiales: Selena y sus pies zambos

La primera vez en el fular

La primera vez en el fular

Durante el embarazo ya nos diagnosticaron que nuestra hija tendría probablemente pies zambos. Como nos explicaron que tenía un tratamiento sencillo y que no habría ningún problema, no le dimos mucha más importancia, y me concentré en dar a mi bebé una bienvenida lo más respetuosa posible. Preparamos nuestra particular “canastilla”: un fular y dos rebozos mexicanos, ya que ¡queríamos ser papás canguro desde el principio! Así, Selena nació en una mañana lluviosa y fría de noviembre, rodeada de calor. Enseguida vimos que sus piececitos estaban totalmente torcidos, metidos hacia adentro, abrazados. No me importó: sólo pensaba en el tacto suave de su piel en mis manos, en el calor que desprendía, en el brillo de sus mejillas. Pero al día siguiente, con un día de vida, comenzó nuestra andadura por el hospital y el tratamiento que debería permitirle un día entrar en el Athletic femenino. Seguir leyendo