Guía de compras de portabebés

Artículo realizado por Vanessa Morales para Red Canguro, con la colaboración de las usuarias de nuestro foro.

Cuando nos hemos decidido por un portabebé en concreto (si aún no lo tienes decidido te recomendamos este artículo sobre cómo elegir un portabebés y este otro para elegirlo según la edad de tu hijo), a menudo nos encontramos ante la duda de dónde comprarlo. En esta guía intentaremos daros unos pequeños consejos para que realicéis vuestra compra. Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? Por Noemí: «a la tercera va la vencida»

23102008070Noemí, Lérida.

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? La primera respuesta que me viene a la mente es tarde. Sí, tarde descubrí un mundo fascinante y maravilloso, el de los portabebés, pero los de verdad; los respetuosos con el cuerpecito del bebe y la espalda de mamá. En 2002 nació mi primera hija por cesárea, nació chiquitita, indefensa. Yo me pasaba el día con ella en brazos, no podía dejarla sola, tenía que estar cerca de ella, sentirla respirar, con la teta a su alcance cada vez que le apeteciera. No podía dejarla llorar, era tan chiquita, olía tan bien, tan suave, no me cansaba de mirarla, de tocarla, … Tenía una mochila y su padre empezó a usarla como a los 6 meses de la nena, yo la use muy poco porque ya estaba embarazada y me resultaba muy incómoda;  hasta entonces había ido más en brazos que en el cochecito. Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser Mamá Canguro? Por Laura R.C.: «Podría decir que antes que mamá ya fui canguro…»

Laura R.C., (Barcelona)

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Podría decir que antes que mamá ya fui canguro… empecé en Senegal, donde trabajaba como cooperante.

En verano organizaba actividades en una “guardería” donde había más de un centenar de niños de entre 0 y 12 años. Para poder jugar, trabajar y desplazarnos  con los mayores, teníamos que llevar a la espalda a los pequeños.

Recuerdo la primera vez que me puse un bebé a la espalda y me lo até con un paño que había comprado hacía pocos días. Aunque me daba respeto, lo probé y me encantó. Seguir leyendo

¡Aúpa y teta!

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Lactancia y portabebés están muy relacionados. Muchos padres ven por primera vez un portabebés de los llamados tradicionales en los grupos de apoyo a la lactancia, otros buscando en Internet una ayuda para continuar cómodamente la lactancia de sus hijos. Los niños amantados pasan mucho tiempo en brazos de su madre, por lo que ésta busca alguna forma de sujetar a su bebé de forma más cómoda, sin tener que soportar únicamente con los brazos ese peso, que aumenta día a día. La necesidad se hace mayor cuanto más crece el bebé. Además, los portabebés permiten a la madre amamantar al bebé cómodamente mientras realiza, si es necesario, otras actividades.

En casos en que la lactancia ha sido interrumpida y se quiere volver a recuperar (relactación) los portabebés son muy recomendables, pues permiten hacer «piel con piel», recomendado para estimular la oxitocina y animar al bebé a coger el pecho, si es preciso, 24 horas al día. Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? Por Patricia R.: «Con la mochila y siendo las dos casi una»

Patricia Roncallo, Lekunberri (Navarra).

Siempre me han gustado los otoños, aun cuando vivía en un país sin estaciones anhelaba que llegaran junto con el frío y los colores de los árboles. Fue justo el otoño pasado cuando con las primeras heladas me sentí llena de fuerza para comenzar a preparar el terreno para la llegada de Rayito de sol. Lo leí todo (o casi todo) y mi casa se convirtió poco a poco en un hogar, un nido que esperaba su presencia… Y llegó el invierno, el ansia me mataba y una noche, casi un mes antes de lo esperado, Aitana comenzaba a llenar de luz nuestras vidas. Era tan pequeñita, la veía tan frágil, tan fuera de su lugar, no sabía cómo iba a ser capaz de cuidarla, de protegerla y entonces, instintivamente, la pegué a mi… a mi pecho, a mi cuerpo, a mi calor. La arropé con mi piel y la cubrí de besos, cantando canciones suaves en las noches y bailando durante el día, esperando verla crecer… La mochila Ergo se convirtió en nuestra mejor aliada en los días que le dolía la tripa, que lloraba sin cesar o que tan sólo quería estar con sus aitas. Con la mochila y siendo las dos casi una, vivimos el día a día de aquellos primeros y duros meses. De esta manera dio sus primeros paseos por su pueblo, conoció el bosque de hayas, hizo un viaje trasatlántico y durmió siestas infinitas.

Hoy, nueve meses después, y con una madre siempre ansiosa por aprender, da sus primeros pasitos mientras la subo y bajo del pouch… seguimos estando cerca, disfrutando de la piel y del olor la una  de la otra, nos reconocemos y, gracias a esta magnifica experiencia, ¡también nos enamoramos cada día más!

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? Por Luisa: «No era tarde para llevarla en portabebé»

Luisa, Aranda de Duero (Burgos). 

Soy Luisa, tengo dos niñas, de 5 años y de dos años y medio y voy a relatar mi historia con los portabebés.

Cuando tuve a mi hija mayor, opté por la lactancia materna, para mí era la única opción. Y cuando mi hija con 11 meses quiso destetarse, busqué información en internet. Encontré el foro de Crianza Natural y allí supe que mi niña pasaba por una huelga de lactancia. (Allí descubrí también que existían otros portabebés que no fueran la «baby colgón» -BabyBjörn- que yo tenía, pero no me atrevía a dar el paso por más que me llamaban la atención). Lamentablemente, no quiso continuar con la teta, «me destetó», y para mí fue muy, muy frustrante.

Ya entonces planeábamos un segundo embarazo, y no dejé de informarme sobre embarazo, parto respetado, sobre lactancia y sobre crianza con apego. Así, mi hija pequeña vino al mundo de una manera más natural, con un parto más respetado, aunque no tanto como hubiera querido… En cuanto a la lactancia, tenía claro que quería hacerlo mejor y, al menos, tenía información para, si ocurría otra huelga de lactancia, saber cómo actuar. Pero esto no pasó y mi hija hoy tiene ya 31 meses y seguimos lactando feliz y satisfactoriamente.

La falta de apoyo en mi zona y el desconocimiento total incluso por parte de algunos profesionales de la salud me hizo crear el grupo de apoyo a la lactancia hace un año. Y fue más o menos entonces cuando fui redescubriendo los beneficios de usar portabebés. Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Patricia S.: «mi instinto mamífero se desató»

Patricia Suárez,  El Bierzo (León).

Durante el embarazo, navegando por internet, ví algunas fotos de mamás llevando a sus bebés en una especie de trapos; me encantaban esas fotos. Incluso llegué a una web en la que vendía fulares, pedí un catálogo que nunca llegó y lo fui dejando pasar.

Hasta que nació mi duende y mi instinto “mamífero” se desató de una manera exagerada. Hasta me costaba dejar que su papi lo cogiera,  por lo que los paseos en el cochecito eran muy agobiantes para mí, todo el tiempo mirando si estaba bien, si tenía frío, si tenía calor, si estaba dormido…

Además era una carrera de obstáculos buscar los rebajes de las aceras, los pasos de peatones sin un coche aparcado encima, las tiendas con rampa de acceso o sin escalón… Y mi carrito (heredado de mi sobrina) no cabía por la puerta del portal.  Así que cada paseo era un cúmulo de contratiempos.

Y volví a internet, a aquella web en la que había visto las fotos… y encontré un foro lleno de gente deseosa de enseñar y de aprender, como yo. Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Liliana: «¡qué tranquilidad la de mi hija!»

Lilliana, Juana Díaz (Puerto Rico).

Cuando estaba embarazada de mi hija, empecé a buscar información en páginas de internet de cómo criar a un bebé. Ahí fue donde encontré información sobre los portabebés. Claro, que al principio lo vi raro y no me gustó mucho. Me dije a mi misma: «por qué cargarlo, si para eso están los cochecitos y están más cómodos», pero cuando empecé a leer me orienté y descubrí que es la mejor forma de llevar a un bebé. Me convenció y mi primer portabebés fue un pouch. Me llegó mucho antes de dar a luz, así que practicaba todo los dias. Cuando di a luz desde el primer día que nació la puse en su pouch: ¡qué tranquilidad la de mi hija! Recuerdo que lloraba si la sacaba. En fin, fue creciendo y compré una bandolera de anillas ya que el pouch le quedaba un poco incómodo. Mi hija me sorprendía cada día más: no lloraba, siempre estaba feliz, sobre todo atenta. Los beneficios son muchos. En fin, llevo un año cargándola y no me arrepiento de nada. Los vínculos afectivos son muchos. Ahora tengo otro bebe al cual también llevo en brazos. No saben lo mucho que disfruto de este tipo de crianza: es lo mejor que me pudo pasar.

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? Por Marta: «¡el milagro!»

Marta.

Por cosas de la vida, pasamos de no querer tener hijos a ser papás dos veces en menos de 6 meses. Mi hija mayor es fruto de la experiencia más maravillosa de mi vida: la adopción; y la llegada de su hermanita hizo necesario un reajuste familiar muy grande para que ninguna de las dos se sintiera desatendida. De entre todos los problemas que surgieron, uno fue la manera de desplazarme con las dos niñas. Mi hija mayor sólo tenía 20 meses, y no estaba preparada para dejar el carro, así que empecé a buscar alternativas para llevar a un bebé recién nacido. Seguir leyendo

Pouch: información básica

El Pouch como portabebé

Artículo original publicado en TwinsOutside con permiso expreso de su autora y modificado por Red Canguro

Es una tela a modo de bolsa en la que puedes poner al bebé en diferentes posiciones, recae todo el peso en un solo hombro por lo que yo lo considero una ayuda a cuando vas a llevar al bebé en brazos pero no como portabebé cómodo para irte de caminata con él, para ello hay otros que reparten mejor el peso en los dos hombros y en la espalda. Con el pouch el bebé adquiere una posición correcta para su desarrollo. En cada momento evolutivo del bebé se debe llevar en las diferentes posiciones que se aconseja siempre mirando que el bebé y la mamá vayan comodos: Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Inma C.: «Tenerla en brazos me reconfortaba»

Inma, Estepona.

Cuando iba a nacer mi hija, que ahora tiene 8 meses, al hacer la canastilla, como la mayoría, compré el carro con todo incluido. Ahora forma parte de la decoración del pasillo de casa.

Desde niña me llamo la atención de coger a los bebes en brazos y siempre me regañaban porque decían que se acostumbraban y era malo . Pero al nacer mi niña, me dí cuenta de que tenerla en brazos me reconfortaba, me sentía más tranquila y ella dormía más tranquila también.

Pero, claro, al salir a la calle no la podía llevar siempre en brazos, y en casa no les parecía bien que me comprase una BabyBjörn, por el tema de la espalda y demás. Pero me puse a buscar información en Internet y entré en la web de Crianza Natural, de la que ya tenía referencias por mi matrona Teresa, y que con anterioridad había visitado. Al tiempo, me registré y adquirí un pouch por medio de otra forera. Y, desde entonces, mi hija sale sólo en portabebés a la calle. Cuando, por algo, la hemos tenido que sacar a la calle en el carrito, no lo quiere. Pero es normal: se ha acostumbrado a ir cerca de mami.

Y en casa, al poco, se acostumbraron, y mis hermanos la sacan a la calle con el pouch. Mi madre es un poco mas reacia.

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Núria: «Me ayudó mucho con los cólicos»

Al nacer mi hijo mayor, que ahora tiene 4 años, compré una bandolera de Crianza Natural. Había leído en los foros de las ventajas de los portabebés y quise comprobar si realmente iba tan bien como decían. Realmente la encontré muy útil, casi siempre iba con él en la bandolera y cuando tenia que tomar el carrito por cualquier cosa, la llevábamos guardada porque tarde o temprano los bebés se cansan del carrito y quieren brazos y así era mucho más fácil. Me ayudó mucho con los “cólicos”, los llantos inexplicables, o los llantos de sueño, porque era ponerlo en la bandolera y calmarse (casi siempre) o quedarse frito.

Usamos la bandolera hasta que mi hijo mayor tuvo unos 2 años y siempre le he tenido un cariño especial porque fue una gran ayuda en la crianza de mi hijo y me abrió la puerta al mundo de los portabebés. También compré una Ergo para ir a la espalda cuando ya era mas mayor pero no acabó de gustarle. Creo yo que es porque estaba acostumbrado a ir a la cadera y no le gustaba ir atrás porque no me veía la cara. Seguir leyendo

«Guía para elegir un portabebé» por Edurne Estévez Bernal

Texto original de Edurne Estévez Bernal, doula, ampliado por Red Canguro.
1. Criterios para elegir un buen portabebé
2. Mochila ergonómica
3. Mei tai
4. Bandolera de anillas
5. Pouch
6. Fular
7. Diferencias principales entre estos portabebés y los convencionales ofrecidos por distintas marcas de puericultura

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¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Lidia: «¡Cómo llegué a llorar..! Y ¡cómo me río ahora, jajajaja»

Lidia, Barcelona.

«Cuando estaba embarazada del que ahora es mi peque de 16 meses, estaba súper ilusionada mirando carritos para llevarlo de paseo. No sé cuántos llegué a mirar, midiéndolos para asegurarme de que cupieran en el maletero del coche, en el ascensor; que fueran fácil de maniobrar, plegar; que no dieran problemas a la hora de subir y bajar bordillos, escalones, etc., etc., etc. Y todo esto dentro del canon de que fuera barato. Sí, sí, barato…, 600 € de cochecito que fueron al final (un Jané Slalom Pro, con su Matrix Pro y su plástico para la lluvia), tras mucho mirar y mirar e ir de tienda en tienda.

Toda ilusionada, lo encargué con 4 meses de antelación, para tenerlo un mes antes de dar a luz; nunca se sabe, es el plazo que necesitaba para que me lo sirvieran de fábrica los de Jané.

Cuando llega el día de ir a recogerlo… ¡horror! Me dicen que no hay cochecito, que la casa Jané han hecho cortos de producción y que me quedo sin mi cochecito Slalom Pro. Angustiada, me echo a llorar, ¿qué va a ser de mi bebé, que está a punto de nacer? ¿Dónde lo voy a llevar? Ay, ay, ay, ¡qué angustia más enorme! Tenía dos opciones, o bien comprarme uno de muestra que no cumpliera todos aquellos requisitos que tanto había mirado a la hora de elegirlo, o bien me esperaba otra vez entre 3 y 4 meses a que me proporcionaran otro. Y empezó mi búsqueda desesperada por las tiendas buscando en stock el que tanto me había costado elegir. ¡Cómo llegué a llorar..! Y ¡cómo me río ahora, jajajaja!, ¡anda, que si lo llego a saber antes..! Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Julia: «Siempre con nuestros hijos, ayudados por los portabebés»

Julia, Sevilla.

«El primer contacto que tuve con un portabebé fue tras el nacimiento de mi hijo mayor, que unos amigos nos regalaron una bandolera, con la que salió del hospital. Desde que supimos que íbamos a ser padres, éramos reacios a usar un cochecito, pensábamos que era un armatoste que nos alejaba de nuestro hijo. Sin embargo, la presión social hizo que nos regalaran uno, que hemos usado muy poco (sólo en un par de ocasiones con nuestro hijo menor).

Usamos la bandolera unos tres meses, más el padre que yo, pues nunca he conseguido seguridad con ella. No conocíamos más que una postura y, en cuanto dejó de caber en posición cuna, buscamos otro artilugio para llevar a nuestro hijo cerca de nosotros. Así caimos en la trampa comercial de la mochila Baby-Björn. Usamos esta mochila una temporada, pero, en cuanto empezó a pesar más y nos resentíamos después de un rato, nos planteamos comprar otra que permitiera ponerlo a la espalda. Buscando en internet, encontramos estudios que nos hicieron ver lo perjudiciales que son ese tipo de mochilas comerciales. Así conocimos la Ergo, que fue el portabebé que nos introdujo en este mundo, a través de un foro de una tienda comercial. Seguir leyendo