¿Y si tengo problemas de espalda? ¿No me voy a cansar llevando a mi bebé?

La sensación de comodidad que proporciona un portabebé bien colocado se puede comparar con el embarazo. El peso del niño lo llevamos alto, bien repartido y cerca de nosotros, así la sensación subjetiva de peso disminuye notablemente. La causa de la mayoría de problemas de espalda es la mala postura. Con un buen portabebés, vamos en postura correcta, el niño no “cuelga”, y no compensamos el peso con posturas antinaturales (como el efecto mochila – hombros curvados hacia delante y espalda hacia atrás- ). Un buen portabebés tiene tiras anchas sobre los hombros y no se “clava”, evitando la constante presión en la parte superior del hombro, donde existe gran tendencia a contracturas. Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Dámaris: «pero sentir su respiración lo compensa todo“

Dámaris, Tarragona.

Soy Dámaris y tengo dos nenas, Marta, de casi tres añitos, e Isona, de 7 meses.

Cuando me quedé embarazada de Marta hice lo propio, lo común. Miré y remiré decenas de cochecitos, de hamaquitas, y cosas de este estilo. Elegí el cochecito que mejor se adaptaba a nuestras necesidades, como dicen en los anuncios. Nos regalaron una mochila tipo BabyBjörn de Red Castle, pero me dolía mucho la espalda y no la usamos.

El tiempo pasó y me quedé embarazada de nuevo. Cuando nació Isona, yo formaba parte de un grupo integrado por unas mamás de crianza más natural, y hablaban a menudo del foro de Crianza Natural. Un día entré para preguntar sobre la relactancia y me quedé. Fui descubriendo muchas cosas, entre ellas, los portabebés. La primera vez que ví o leí sobre los portabebés tradicionales, reconozco que pensé «eso son cosas de hippies» y lo dejé pasar, ni siquiera me planteé que pudiera ser una opción para nosotras.

A pesar de ello, me fui aficionando a la sección de portabebés, veía las fotos con los niños tan contentos, tan relajados… Cada vez que veía una foto, me decía que quería probarlo, pero  me negaba por tener ciática, creía que seria tirar el dinero. Pero bueno, al final me decidí y a la espera del fular y del mei tai que compré, me hice un fular casero. Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Patricia O.: «Realmente no sé que hubiera hecho sin un fular o una bandolera»

Cuando nació mi hijo mayor, que ahora tiene 13 años, algo me decía que debía llevarlo en brazos. Si ahora la gente se sorprende, por así decirlo, cuando nos ve portear un niño, hace 13 años la cosa no era mejor. Eso sí, apenas conocíamos la típica mochila, y gracias. Yo me pasaba el día con el niño a cuestas (casi siempre sin mochila, que me destrozaba la espalda); todo el mundo me criticaba y soltaban la típica frase de «¡uy, que se te va a acostumbrar!» Por aquel entonces, internet ni existía para nosotros, así que imaginaos si llegan a saber que, encima, dormía con nosotros (¡hasta los 4 años!).

Al nacer la segunda, diez años después, por suerte la cosa había cambiado. Aunque por desgracia un par de lesiones me habían dejado la espalda con una artrosis cervical y una posterior discopatía degenerativa en las lumbares. Así que se puede decir que no tengo la mejor forma física para cargar peso, pero, precisamente por ello, creo que mi testimonio puede ser muy útil para muchas personas con problemas similares. Seguir leyendo