Portabebés según edad

Indicaciones sobre la edad correcta para usar los diferentes portabebés.

Texto basado en el artículo de Entrealgodones, con el permiso de su autora.

Escoger un solo portabebés suele ser una tarea ardua. Añadida al extenso surtido en tipos y modelos que existe, aparece la circunstancia de que es difícil quedarse sólo con uno para toda la etapa de uso con el bebé. Es muy difícil elegir un portabebés que nos sirva desde recién nacido hasta que el niño en el que se ha convertido deje de querer que lo llevemos y que, además, nos resulte práctico en las distintas situaciones. Sería como pretender comprar unos zapatos para nuestro bebé recién nacido que le duraran hasta los 3 años. Sin embargo, hay combinaciones de portabebés muy útiles y que nos pueden dar muchas satisfacciones y largos periodos de disfrute.

Analicemos los distintos portabebés en función de su uso: Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? Por Noelia: «comienzo torpe, final experto»

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La primera vez que me probé el fular, embarazada.

Noelia, Valencia.

Aún no estaba embarazada (pero ya quería estarlo) cuando ví un fular por primera vez. Fue en Vinçon, en Barcelona. Un folleto explicaba que en los países que llevan así a los bebés no existe el cólico del lactante. Me pareció muy tierna la idea, aparte de lo de los cólicos. Así que cuando ya estaba muuuuy embarazada, conseguí que mi yaya me regalara mi primer fular, uno elástico (a ella le parecía algo muy raro, como a casi todo el mundo). Aún no tenía ni idea de lo importante que iba a ser para mí aquella decisión. Seguir leyendo

¿Cómo llegué a ser mamá canguro? por Dámaris: «pero sentir su respiración lo compensa todo“

Dámaris, Tarragona.

Soy Dámaris y tengo dos nenas, Marta, de casi tres añitos, e Isona, de 7 meses.

Cuando me quedé embarazada de Marta hice lo propio, lo común. Miré y remiré decenas de cochecitos, de hamaquitas, y cosas de este estilo. Elegí el cochecito que mejor se adaptaba a nuestras necesidades, como dicen en los anuncios. Nos regalaron una mochila tipo BabyBjörn de Red Castle, pero me dolía mucho la espalda y no la usamos.

El tiempo pasó y me quedé embarazada de nuevo. Cuando nació Isona, yo formaba parte de un grupo integrado por unas mamás de crianza más natural, y hablaban a menudo del foro de Crianza Natural. Un día entré para preguntar sobre la relactancia y me quedé. Fui descubriendo muchas cosas, entre ellas, los portabebés. La primera vez que ví o leí sobre los portabebés tradicionales, reconozco que pensé «eso son cosas de hippies» y lo dejé pasar, ni siquiera me planteé que pudiera ser una opción para nosotras.

A pesar de ello, me fui aficionando a la sección de portabebés, veía las fotos con los niños tan contentos, tan relajados… Cada vez que veía una foto, me decía que quería probarlo, pero  me negaba por tener ciática, creía que seria tirar el dinero. Pero bueno, al final me decidí y a la espera del fular y del mei tai que compré, me hice un fular casero. Seguir leyendo